viernes, 21 de mayo de 2010

La Eta está decapitada y debil

Policías franceses, durante la operación que desarrolla hoy la Gendarmería de este país, en colaboración con la Guardia Civil, contra ETA, en la que han sido detenidas hasta el momento cuatro personas, entre ellas a Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, considerado el jefe del aparato militar de la banda. EFE/Juan Herrero

La detención del quinto presunto jefe militar de ETA en dos años, ilustra la decadencia del grupo independentistas vasco armado, que se traduce en una capacidad operativa muy reducida y una pérdida de influencia sobre su base política.

Detenido este jueves en Bayona, en el País Vasco francés, Mikel Karrera Sarobe, alias “Ata”, solo pudo mantenerse dos meses al frente del grupo armado, cuya huida hacia adelante es cada vez más protestada en el mismo seno de la izquierda independentista vasca.

En dos años, siete altos dirigentes del grupo armado –cinco jefes militares y dos dirigentes políticos– cayeron en manos de la policía en una sucesión desenfrenada.

Algo jamás visto en la historia de esta organización, considerada la responsable de 829 muertes en más de 40 años de campaña de asesinatos y atentados para forzar al gobierno español a ceder sobre la independencia del País Vasco.

Fotografía de Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, uno de los presuntos etarras detenidos hoy en Bayona (Francia), considerado como el jefe del aparato militar de la banda. EFE

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó el “carácter importantísimo” del golpe policial del jueves.

Lo calificó de “casi más importante” que la detención, en noviembre de 2008 de “Txeroki”, el carismático jefe militar de ETA que se mantuvo durante cuatro años en funciones y que torpedeó las negociaciones de paz de 2006-2007 entre el grupo armado y el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Las autoridades de Madrid adoptaron desde entonces una línea implacable contra ETA y su entorno, multiplicando los golpes policiales y descartando toda nueva negociación.

“Ata” era el último de los cinco más altos dirigentes de ETA que habían tomado la decisión de hacer volar en pedazos las negociaciones, se congratuló Pérez Rubalcaba: “Están todos ahora en prisión”.

La incapacidad de ETA de renovar de manera duradera su dirección está cargada de consecuencias, tanto en el plan operativo como el político, según los especialistas.

Por lo pronto ha perdido gran capacidad de movimiento: ETA no cometió ningún atentado en España desde agosto de 2009.

“Llevamos más de nueve meses sin atentados de ETA en España. Esto, sin una tregua de ETA, es casi inédito en 30 años. Un periodo tan largo creo que no hay en la democracia”, desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, destacó Florencio Domínguez, redactor jefe de la agencia Vasco Press y autor de numerosos libros sobre ETA.

La obligación del grupo clandestino de renovar permanentemente su dirección “se tradujo en ineficacia”, comentó a la AFP, antes de asegurar que esta ineficacia también se traduce en una menor capacidad de presión sobre su base política.

“Es casi más importante y no tiene precedentes porque nunca ETA ha tenido problemas para imponer sus decisiones sobre su entorno político”, destacó Domínguez.

El movimiento independentista vasco radical, próximo a Batasuna, el brazo político ilegalizado de ETA, adoptó en abril una nueva línea predicando una “actividad exclusivamente política”, cuando el grupo armado insistió en su intención de continuar hablando por medio de las armas.

Aunque la izquierda radical vasca no llegó a condenar la violencia, como exige el gobierno como condición previa para revocar su ilegalización, y continúa exigiendo una contrapartida política a cambio del cese de ETA.

Pero aún no es un giro definitivo: la rotura del cordón umbilical que forzaría a ETA a tirar la toalla o a quedar aislada por los golpes policiales, destacó Domínguez.

“No hay manifestación pública de distanciamiento, no hay condena del terrorismo, pero el hecho que hayan desarrollado una estrategia diferente a la de ETA, que encima no cuenta con el visto bueno de ETA, no es el viaje definitivo pero es un primer paso. No ha pasado antes”, concluyó.

Fotografía de Arkaitz Agirregabiria del Barrio, de 27 años, uno de los presuntos etarras detenidos hoy en Bayona (Francia), que figura en la página de la Guardia Civil como uno de los terroristas más buscados, y a quien se le relaciona con el asesinato de un gendarme en marzo de este año, la última víctima de la banda. EFE
Fotografía de Maite Aranalde Ijurco, presunta etarra detenida hoy en Bayona (Francia), que se había dado a la fuga desde su domicilio de Ibarra (Guipúzcoa) tras permanecer en libertad bajo fianza. EFE

Por Pierre Ausseill
Vía AFP

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