viernes, 14 de mayo de 2010

Baduel: Quien contraríe los caprichos de Chávez va preso

Foto: Archivo. Caribe Focus

El ex Ministro de Defensa venezolano Raúl Isaías Baduel no se siente un preso político sino un reo del presidente Hugo Chávez y augura que otros que contraríen al mandatario correrán igual suerte.

Hace 30 años, cuando eran militares activos, Chávez y Baduel juraron clandestinamente con otros miembros del Ejército, ante un árbol centenario, romper la opresión de los poderosos.

Pero Baduel, general retirado, no acompañó a Chávez en el alzamiento que lideró en 1992 y 10 años después rechazó el golpe de Estado en contra del gobernante izquierdista. Por eso, el Gobierno lo ensalzó como héroe de la restauración.

Chávez lo nombró ministro de Defensa en el 2006 y apadrinó a la menor de sus 12 hijos.

“Quien contraríe los caprichos de Hugo Chávez se expone al uso excesivo del poder y al autoritarismo”, dijo Baduel a Reuters el jueves en su celda de una prisión militar. “Y cada quien ve si asume las consecuencias de sus actos”, agregó.

Baduel, un moreno fuerte y canoso de ojos pardos, fue enjuiciado por corrupción poco después de criticar la “revolución socialista” en el 2007.

A Chávez lo han abandonado varios mentores políticos, una antigua amante que lo ayudó a conspirar en el Ejército y su ahora ex esposa.

Actualmente, antes de la elección legislativa de septiembre, en la que Chávez pretende conservar la mayoría absoluta, resurgen distanciamientos que él busca castigar.

Este año, dos generales y un gobernador señalaron que el país va por mal camino y dijeron que Chávez niega el diálogo.

Pero el locuaz gobernante asegura que los críticos están seducidos por la oligarquía, mientras sus acólitos piden investigar la gestión de la nueva oposición. Y, aunque sus adversarios dicen que no hay separación de poderes y que el Gobierno es autoritario, también desconfían de los escindidos de la “revolución”.

Presos políticos


Tras casi un año compartiendo una enorme celda, Baduel ahora está solo
. Una cortina amarilla separa su comedor y su área de trabajo de su cama. Tras una cortina azul está el baño y tras otra similar la cocina. Debe cumplir otros siete años.

Aquella celda era muy grande. Aquí a veces me asombro ‘ya terminé’ digo al terminar de limpiar“, contó en la mañana lluviosa que cubrió de neblina la prisión Ramo Verde, en una montaña de Los Teques, ciudad adyacente a Caracas.

Pese al clima, puede verse la cárcel de mujeres donde la jueza María Lourdes Afiuni comparte cautiverio con presas que ella misma procesó hasta que Chávez pidió su cabeza por dar libertad condicionada a un banquero acusado de corrupción.

Organizaciones no gubernamentales consideran que hay unos 30 presos políticos y otros alrededor de 2.000 procesados por haber participado en manifestaciones contra el Gobierno. Sin embargo, los tribunales decidieron hace poco enjuiciar en libertad a dos emblemáticos opositores: un dirigente político y al dueño de un canal de televisión que criticaron a Chávez.

La sentencia de Baduel aún no ha sido publicada, pero el general explicó que lo condenaron por el supuesto robo de 30 millones de bolívares y 3,9 millones de dólares durante su gestión como ministro, entre junio del 2006 y julio del 2007.

El ex funcionario afirmó que su predecesor y su sucesor comparten responsabilidad en el manejo del presupuesto de la cartera y rechazó las palabras de Chávez, quien dijo el fin de semana que la sentencia le dolía en el alma.

“Montó un teatro”, desdeñó azuzado por tres de sus hijas que preparaban una copiosa comida criolla en la celda e intentaban subir el tono de la queja del general, que recurre a filosofías chinas y africanas para explicar su paciencia.

“Soy un preso de Hugo Chávez”, afirmó.

Pero Baduel niega ser disidente. “Nunca estuve inscrito en el proyecto personalista de Chávez. Nunca fui ‘chavista’”, dijo e insistió en que el mandatario se alejó gradualmente desde el 2004 de las ideas desarrolladas en el Ejército.

Además duda que exista un proyecto socialista y dijo que Chávez quiere destruir al país -aquejado por la recesión, problemas de infraestructura y alta criminalidad- para perpetuarse en el poder. Agregó que factores de la “llamada oposición” negocian parcelas de poder con el Gobierno.

Quienes desconfían de él atribuyen su propuesta de convocar a una Asamblea Constituyente a un pacto velado con Chávez. Algunos incluso dicen que en realidad no está preso sino vacacionando con la familia y que entra a la cárcel para que lo visiten.

La semana pasada un tribunal militar lo condenó a siete años y 11 meses de prisión, un dictamen que le sorprendió.

¿Esperaba una sentencia menor? “Sí”, dijo con cara triste.

Vía Reuters
Por: Patricia Rondón Espín

No hay comentarios:

Publicar un comentario