martes, 21 de septiembre de 2010

Preocupantes futuras potencias nucleares

LA LISTA: PREOCUPANTES FUTURAS POTENCIAS NUCLEARES

Los programas nucleares de Irán y Corea del Norte -por no hablar del riesgo de bombas atómicas descontroladas en Rusia o Pakistán- son ya suficientemente preocupantes. Pero varios países están tratando de unirse al club nuclear, y las consecuencias pueden ser aterradoras.

HLA HLA HTAY/AFP/Getty Images

MYANMAR

Situación: Existen indicios sustanciales de que Myanmar (antigua Birmania) está colaborando con Corea del Norte en el desarrollo de un reactor nuclear secreto y una planta de extracción de plutonio. El reactor puede ser operativo en 2014.

Por qué hay que preocuparse: Existen sospechas generalizadas de que este país cuenta con un incipiente programa de armas nucleares. En julio, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, expresó públicamente su preocupación por la cooperación militar entre Corea del Norte y Myanmar, y dijo que “sería desestabilizador para la región. Representaría una amenaza directa contra los vecinos de Birmania”. La inquietud de Clinton se ve refrendada por los informes de dos recientes desertores de Myanmar, un ex ejecutivo empresarial que participaba en los contratos nucleares birmanos y un oficial en un batallón nuclear secreto del Ejército birmano, cuyas funciones en el programa clandestino del país describió el periódico Sydney Morning Herald.

Las tensiones entre Birmania y Bangladesh han ido en aumento desde 2008, con una disputa fronteriza y una acumulación de fuerzas militares a lo largo de la franja en cuestión. La tensión ha aumentado de forma palpable; en las dos últimas semanas, además de los carros pesados y la artillería, al menos cinco buques de guerra birmanos y cuatro bangladesíes se han enfrentado en la Bahía de Bengala. Ahora que los dos países están tratando de nuclearizarse, la perspectiva de que estalle este conflicto es todavía más preocupante.

Además, la Junta Militar birmana tiene que lidiar con una considerable inestabilidad interna. Hay noticias de una liquidación de heroína por parte de las milicias étnicas, que están apresurándose a vender las drogas como sea para financiar la compra de armas. Las drogas se venden a precios de ganga con vistas a una posible reanudación de la guerra civil. Estos grupos étnicos llevan más de 60 años luchando de forma intermitente contra el Gobierno. Los combates se han desarrollado sobre todo en las zonas fronterizas de Myanmar, pero una reanudación de la violencia a gran escala supone el peligro de ahuyentar las inversiones extranjeras en el sector energético del país, cosa que debilitaría y aislaría aún más a un régimen ya peligroso.

SHAWKAT KHAN/AFP/Getty Images

BANGLADESH

Situación: Bangladesh, que cuenta con la autorización del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para desarrollar su energía nuclear, tiene el apoyo de Pakistán y ha firmado hace poco un acuerdo formal de cooperación nuclear bilateral con Rusia.

Por qué hay que preocuparse: El deseo de Bangladesh de tener este tipo de energía es comprensible: años de inversiones demasiado escasas en el sector energético han hecho que los apagones graves sean frecuentes y algunos cálculos predicen que el país puede sufrir un apagón total en 2011 si no se construyen nuevas centrales. A pesar de esas preocupaciones y de la autorización del OIEA, a los críticos internos sigue preocupándoles si Bangladesh tiene la infraestructura necesaria para gestionar de forma segura una central nuclear, en especial porque aquellas alimentadas con carbón y gas del país suelen fallar a menudo por el mal mantenimiento.

Además, Bangladesh no es un país precisamente estable en lo político. Desde que obtuvo su independencia en 1971, en una guerra regional en la que intervinieron Pakistán e India, dos líderes del país han muerto asesinados, ha habido una serie de golpes militares (tanto sangrientos como incruentos), numerosas acusaciones de corrupción, atentados de militantes islamistas y huelgas casi constantes que han paralizado el país. En diciembre de 2008 terminó el estado de emergencia y en enero de este año hubo elecciones que pusieron fin a un gobierno provisional. Pero los comicios no han supuesto la calma política; tras las acusaciones de manipulación de los votos se produjo un motín de los guardias fronterizos paramilitares en febrero.

A pesar de la paz relativa entre Islamabad y Nueva Delhi en los últimos años, con negociaciones de alto nivel y llamamientos a Estados Unidos para que ejerza de árbitro en la disputa por Cachemira, la carrera de armamento en la región sigue adelante. Pakistán va a tener una nueva planta de producción de plutonio funcionando dentro de un año, mientras que India está trabajando en misiles de crucero diseñados para cabezas nucleares y submarinos nucleares. La reciente decisión de Pakistán de ayudar a Bangladesh a desarrollar instalaciones atómicas no hace más que introducir otro factor que puede ser devastador en una mezcla que ya de por sí es volátil.

STANISLAV FILIPPOV/AFP/Getty Images

KAZAJISTÁN

Situación: Con 1,5 millones de toneladas métricas de depósitos de uranio, Kazajistán es el tercer exportador de uranio del mundo. Aunque en la actualidad depende de Rusia para los trabajos de enriquecimiento, el país prevé desarrollar sus propias plantas y empezar a construir una nueva central nuclear en 2011.

Por qué hay que preocuparse: Es verdad que existen pocos riesgos de que Kazajistán intente fabricar armas atómicas. Tras la caída de la URSS, este país cedió voluntariamente miles de armas nucleares, y el legado tóxico de 456 pruebas nucleares subterráneas realizadas por los soviéticos (el lugar de las pruebas figura en la imagen) ha consolidado el sentimiento antiproliferación en el país.

No obstante, el peligro es que estos materiales caigan donde no deben. La corrupción es endémica en todos los niveles del gobierno del presidente Nursultán Nazarbáyev, y la enorme y creciente burocracia nuclear no es ninguna excepción.

El pasado mes de mayo, las autoridades detuvieron a Mujtar Dzhakishev, responsable de la empresa energética estatal Kazatomprom, que supervisa la producción de uranio y planea convertirse en el mayor productor del mundo en 2010. Fue arrestado por apropiarse de casi dos tercios de los depósitos de uranio del país y venderlos a empresas extranjeras. Algunos han sugerido que eso sería imposible y que la acusación se debe a motivos políticos. En cualquier caso, las connotaciones son preocupantes: o es posible mover unas cantidades asombrosas de uranio sin que nadie lo vigile, o uno de los mayores productores de esta materia prima del mundo está convirtiéndose en un campo político de batalla inestable. El peligro de que Estados descontrolados o grupos terroristas se aprovechen de la situación es importante y aterrador.

THOMAS COEX/AFP/Getty Images

VENEZUELA

Situación: Venezuela posee una pobre infraestructura científica, poca experiencia nuclear y fondos limitados. Sin embargo, el objetivo declarado por el presidente Hugo Chávez de desarrollar energía atómica para usos civiles puede hacerse realidad con la ayuda de sus amigos.

Por qué hay que preocuparse: Pese a la clara falta de avances materiales, existen motivos para preocuparse por las ambiciones nucleares de Venezuela. Caracas y Moscú tienen una relación cada vez más estrecha, y han firmado varios acuerdos de cooperación económica, energética y militar en años recientes. Desde 2005, Venezuela ha comprado armas rusas por valor de más de 4.000 millones de dólares (2,7 millones de euros), y el mes pasado Rusia le prestó 2.200 millones de dólares para nuevas compras. Además, el gobierno venezolano se ha convertido en un de los apoyos más activos de Teherán; Chávez ha intervenido en los escenarios internacionales para elogiar el programa nuclear iraní y el mes pasado anunció que iba a empezar a enviar a la República Islámica 20.000 barriles de gasolina al día para contrarrestar las sanciones.

Esas relaciones parecen estar siendo provechosas para las ambiciones nucleares de Chávez, que anunció por primera vez en 2005. Venezuela ha creado una comisión de energía atómica con Rusia, con el objetivo específico de poner en marcha su programa nuclear. Y ahora Teherán le está ayudando a descubrir y probar depósitos de uranio; las autoridades venezolanas calculan que hay 50.000 toneladas de uranio no explotado en el país.

“Lo digo ante el mundo: Venezuela va a iniciar el proceso de desarrollar energía nuclear, pero no vamos a hacer una bomba atómica, así que no nos molesten después... [con] algo como lo que tienen contra Irán”, ha dicho Chávez. Dada la reciente locura compradora de material militar del líder venezolano y la escalada en la guerra de declaraciones con la vecina Colombia, esas garantías quizá no tengan mucho peso con los críticos extranjeros ni con el OIEA. Como escriben Nima Gerami y Sharon Squassoni, del Carnegie Endowment for International Peace, “Los Estados y las empresas que estén pensando en la cooperación nuclear con el gobierno de Chávez deberían considerar si pueden ayudar a reproducir la alarmante historia del programa nuclear de Irán y las subsiguientes crisis internacionales”.

EMIRATOS ÁRABES UNIDOS

KARIM SAHIB/AFP/Getty Images

Situación: En enero, Estados Unidos firmó un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en el que se comprometía a proporcionar tecnología, materiales y experiencia nucleares. Conocido como un “acuerdo 123”, todavía está a la espera de la aprobación del Congreso estadounidense, pero se espera que entre en vigor a finales de este mes. Mientras tanto, los EAU han elaborado un marco legal para la regulación y supervisión de la industria nuclear, y han planeado una serie de centrales nucleares destinadas a satisfacer una demanda energética en rápido aumento.

Por qué hay que preocuparse: A primera vista, las ambiciones nucleares de los EAU parecen totalmente razonables. Los Emiratos Árabes Unidos han destacado sin cesar el carácter pacífico de sus planes nucleares y todo parece indicar que su compromiso legal de vigilar las actividades nucleares será una forma eficaz de supervisión. Además, la opinión general sobre los EAU es que constituyen uno de los Estados más liberales y estables en Oriente Medio, y tienen grandes lazos con la comunidad internacional como centro de negocios internacionales.

¿Qué motivo de inquietud existe entonces? Hay muchos temores a que la implantación de la tecnología nuclear en el país pueda provocar que sus vecinos no tan estables quieran hacer lo mismo, en una región que, a excepción de Israel, no se ha nuclearizado hasta ahora. Hablando del acuerdo 123, el congresista demócrata estadounidense Edward Markey dijo: “En Oriente Medio, una carrera por tener energía nuclear puede ser tan peligrosa como una carrera de armamento nuclear”. La tendencia hacia el desarrollo de este tipo de energía ya se ha asentado en la zona: Arabia Saudí, Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Egipto e incluso el caótico Yemen han anunciado sus intenciones de adquirir energía atómica.

Independientemente de que el programa nuclear de los EAU comience en un tono pacífico, a los halcones del control de armas les preocupa que enormes cantidades de tecnología y conocimientos nucleares sean una base magnífica para desarrollar un programa de armamento atómico. Como los EAU son un importante socio comercial de Irán, los críticos han expresado su inquietud por la posibilidad de que el material nuclear caiga en manos iraníes.

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